martes, 19 de octubre de 2010

Edipo.

La mamita está llorando porque el niño le ha dicho NO al cordón umbilical. El barrilete ya no es ni feto ni pibe sobreprotegido, es errancia pura, a merced del clima o de la dirección de los colectivos. Son casi dos pesos para comprobar que puede alejarse lo màs físicamente posible del "m´ hijito","m´ cachitito", y cosas así de dulces y dominantes.
La comida està hecha a las ocho de la noche, y volverán así los contratos de la biología y la psicología madre-hijo. Y serán charlas que dirán que acá no ha pasado nada, ni te has ido, ni hubo barrilete escapado, ni m`hijito ni m`cachito. No, nada de eso. Acá no ha pasado nada, sòlo la comida y una manos que se tocan a la vez como queriendo tener sexo.

domingo, 10 de octubre de 2010

Re-comenzar

Se lavantaría en el hotel, y no reconocería el quién y el porqué de la ropa colgándose justamente del otro lado de la ventana del cuarto por una señora aún sin describir. Haría lo que hace todo ser coherente: vistazo alrededor, reconstrucción de los últimos acontecimientos del día anterior, causas y efectos del estado actual y finalmente, reconocimiento del sueño y su correspondencia con éste olor a usados transitorios, con ese olor ajeno pero a la vez reconocido por todos, con el armario y la tele vieja de nadie y por eso sin la posesión sufieciente para convencerse de estar seguro y a salvo.
LLevaría el extremo de su desconocimiento de las cosas, al punto de olvidarse de un bolso y una ropa que conoce hace tantos meses y en tantas ocasiones como éstas. Pero ¿a quién no le gusta andar como ajeno de todo y separarse del repetido del buzo y el pantalón?
Se levantaría y echaría a andar por la ropa y la señora. Y diría cómo se ve tan necesario el rechazo de los lugares y los hombres y mujeres. Y saludarían las frutas, y las plantas que desaparcerían del catálogo. Y dudaría, así como enfatizaría con el verbo de la condición, y me pediría que la condición de las cosas no habría de ser la desdicha y una casa de siempre, una ropa siempre colgada por una siempre misma mujer, y sobre todo, que todo habría de ser puro dale que letra y letra y solo el que escribe nomás.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Volver

Quizá el mejor modo de transitar los ojos sea bordeando los modos y los clichès. Hacerse el desentendido, excusarse en las repeticiones, para no llegar a la singularidad de reconocimiento mutuo. Nadie está fuera de la captación de otros modos del cemento y del dolor, todos podràn llegar al pensamiento sobre el mar una madrugada de 19... Tendiendo las conexiones fundamentales, habrà formas inolvidables de agarrar el agua, formas incomparables de la suciedad en las paredes pùblicas.
Cuestiòn de transitar ojos que han visto pero que no tienen la palabra ni la retenciòn de lo visto. El problema es de detectives, estado de huellas y de falsificaciones, para de una vez por toda llega y llegar