jueves, 18 de mayo de 2017

Esta calle

Lo que no puede ser
Lo que nunca es
Lo que no tiene entidad
Lo desagregado, disuelto, pero
con forma de fantasma
posibilidad de las noches
tabula rasa, cuarta hoja del trébol
quinta pata, la carta robada,
el hasta luego del hasta nunca,
Oh! Lo que podría tener, ser, alcanzar

Imaginar que esta calle de mayo
no es frío, una lastimadura, una hendidura
que esta calle de mayo se llena de pueblo fervoroso
el fin de las batallas, el inicio de la bonanza, los abrazos
las plazas llenas, las patas en la fuente, la fiebre, Buenos Aires
el amor, el amor.

Pero no.

Depara el peso de los días, el querer trastocar los símbolos en hechos
el querer que los signos lleguen a las manos y a las palabras
el querer elevar a posesiones las promesas del amor.

¿Es que nada tenemos, es que no tenemos heredad?
De tanto querer, de tanto poseer deseos se oculta la calle de mayo.
Y uno está tan solo
tan solo.

Y llega el llanto, bajo la forma de lluvia
anunciada, pronosticada, esperada en los balcones,
la hierba respira, la calle se vacía, queda un ruido de la huída.

Nadie se queda bajo la lluvia en la calle,
porque nadie llora en estos días,
o nos cubrimos el dolor anunciado
en el lenguaje hecho casa de mamá.

Esta calle que se vacía, que se agota en pasos pasados
Esta calle que fue mayo y será octubre y será sangre y fervores
Esta calle que ahora se diluye en el agua, y que duele de recorrerla
Esta calle está lejos de todo ese motivo que la nombro
porque lo que nombro
es lo que no es y nunca es

(por fortuna).