Antes se hacía más extraño el otro extremo de la mesa, la falta de suciedad en la otra silla, la responsabilidad que se le da a uno para destruir todo un espacio hecho para muchos.
Y si te das cuenta, a esta hora, cuando ni el gato se resiste a la benevolencia del cansancio y de la quietud de la calle, es cuando vos recorrés lo que te falta comprender: la otra silla, los bordes de la cama, el detrás de la puerta del baño.
Si todo esto está hecho para comprender más, no vas a despertar al gato para anunciarle la iluminación que trae esta forma de nombrar con la respiración entrecortada, te vas a quedar con el tacto de las cosas: no para dominarlas, sino para no alcanzarlas con la torpeza del decir que esto es la soledad y nada más.
No nos engañemos. No hay modo de escaparte de la escena, por más que te delates con los poemas desvelados a medianoche.
nunca uno puede escaparse de una escena
ResponderEliminarsi uno es uno,
es protagonista.
aunque no lo quiera.
besos santi y happy saturday!