martes, 24 de julio de 2012

Hacia el Sur

Yo creo en el Destino. Creo en, como dice Borges en una de sus prosas, que el hombre es demasiado pequeño para comprender la máquina del Universo. Creo que hemos pasado siglos creyendo que manejar el cuchillo, la espada, la máquina, el álgebra y las palabras nos ha ilusionado en que éramos capaces de controlar nuestras fechas, nuestros caminos, nuestro Destino. Uno puede elegir la puerta que da hacia el Sur, pero a partir de ahí se sucederán rostros, llantos, risas, noches y días, años, cuerpos que se alejarán, lecturas olvidadas, encuentros casuales, dados lanzados al aires...y la innumerable sucesión de causas y efectos lo llevaràn a uno  o a los confines del Sur o a girar la brújula y aceptar su Norte. Sin embargo, el dolor de haber perdido una elecciòn, es la magia por no haberse nunca rendido, el haber creído en una convicciòn: voy hacia mi Sur. Y aunque el viento lo lleve a uno hacia el Norte, el Sur será una consigna, una palabra, un mundo, una causa.
El Destino es de Fierro, pero las palabras y los símbolos son la fe hecha de aire y agua.

jueves, 19 de julio de 2012

Callarse

Cuanto tiempo ha transcurrido, y cada vez me considero menos capaz de usar las palabras sin pericibir que las estoy traicionando.
El oficio del escritor es harto profanado siempre, y muchos de nosotros, sin ser los mejores artesanos de las palabras abusamos de su magia, de su marca, de su promesa.

Cada vez más me voy convenciendo del silencio, del dejar lo que genera ruido -ya las cuidades inventan todos los días el concepto de ruido, que sería un atrevimiento hacer apología a ello.

Por eso, en esta madrugada, asumo mi compromiso de callarme, sin borrar la sonrisa, ni los lazos tendido a traves de las palabras màs sinceras.

Y ahora, si el silencio tejerá nuevos vasos comunicantes, solo el viento lo dirà.