País tirado en el verbo,
arrojado y vapuleado
por quienes te pisan y te recorren.
Tierra prodigiosa y vasta
de horizontes e interrupciones
de ceibos, álamos, palos borrachos
y alguna que otra fábrica con la esperanza
de menos vaca atada y más hierro liberado.
¿Por qué hablan tan mal de vos, Argentina?
Si tu nombre te da el brillo y la dignidad
Si con sólo echar un vistazo a tus vientres
siento tanto misterio, tanta magia
que ni el gaucho conjuró
Pero eso sí, no hablemos de quienes
tocan tus tierras y tus aguas,
ellos sí tiene el concepto bien
arraigado en la noche de su egoísmo.
Dicen "Argentina" y se tocan el ombligo.
Dicen país, y creen encerrarte en palabras
bien críticas y elocuentes.
Hablan de vos, escupen tus suelos
creyendo que hacer patria es escupir
y nombrarte.
No te han encontrado, Argentina,
aún no te han comprendido,
sos tan vasta y misteriosa que es un desafío
recorrerte y asombrarse
Pero hay otros, que frustrados por tu inmensidad
prefieren quedarse en la bajeza de recorrerte
solo en el nombre que los nombra.
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