Ya la quietud es discurrir
de cosas en sus conceptos
se unen, solidifican, equilibran
mundos y deseos
de un mañana de tal vez
del querer y propender
a la roca, a la costa, al muelle.
Pero se van cerrando los caminos
el mar se tornará poesía
y no te quedará más
que este camino,
La tarde engaña con las formas,
las calles se vacían
nadie va hacia el mar,
hay que quedarse acá
y apechugar.
Porque se va el día, se acaban
las posibilidades
de elegir el esto o aquello
o un futuro de algarabías.
El oro es relato de elegía
o cielo que se cierne
sobre la casa
y los papeles,
No te queda otra,
hay que dormir
y seguir esperando.
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