En medio de la tarde se presiente un invierno crudo.
Los bares al ocaso se tornan más que refugio, un estado mental.
Como parte del paisaje se erigen las torres de una agonía primera
No hay a la vista animales, ni un origen preciso.
Es tiempo de adivinar y de inventar la historia
que no nos contaron nuestros Padres.
En un libro o en alguna esquina un rumor de otras realidades
se metió en nuestra inspiración, quizá por la combinación
de una imagen que no estaba en el repertorio del Amor.
Y ahí nos toca escribir e inventar, aclarar y sopesar.
Que todo lo vivido y fracasado sea la materia prima
del Plan, de nuestro Plan.
Y dejar atrás la Duda o la errancia de los caminos.
La tarde se repite y se distribuye entre aquellos que
aún seguimos en la calle, describiendo lo que muere
lo que se va, lo que no retorna.
Hagamos del Plan, de nuestro Plan, la clave del mañana.
Es lo que nos queda, es un significado tirado al aire.
En una Razón entre tantas Razones
que merecen ser escuchadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario