domingo, 2 de agosto de 2009

4º camino [el temor de la muerte]

Se me han caído las noches de verano. No por mí, sino por olvidarme del agua y el cuerpo desnudo, la mejor forma de flota existencial.
Flotar, como quien retiene el mundo con el esfuerzo de no caer.

Noches de verano, los toldos y las hamacas en su punto exacto, mi cuerpo flota sin tener que pedirle permiso a nadie para irse hacia las islas de los cuentos.
Islas donde la sed y el hambre son una aventura. Islas donde morir es colorín colorado.

Es que a veces el placer consiste en saber que nos vamos indefectiblemente hacia el punto de fuga de todo mapa.
Lo que se traga todo, lo que decide la reducción a silencio de todo cuerpo y toda agua

Y es por eso que me he olvidado de las noches de verano. Porque a veces los que no están flotan. Y porque hace frío esta noche.

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