Nos arrastraba la frustración sobre la memoria, un país echado a andar en el barro.
Todo estaba por hacerse en el país de las frustraciones, pero el horizonte estaba desierto.
Nosotros éramos el futuro, la clave del mañana
y no lo sabíamos.
Y si el país te da una nueva oportunidad?
Reflejando en el rostro de mamá, en las manos hacendosas del amigo,
en la charla calma, en las mañanas silenciosas.
Tal vez comprendamos la clave de la transformación.
Y que todo lo que no pudimos late en la potencia del hacer
en el sentimiento del decir
y en la esperanza del creer
que seremos el mañana, seremos la clave de la mejora.
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