lunes, 19 de julio de 2021

Era Berlin


 Nos aguardaba impaciente el día en que todo sería un deseo de posesión y el dolor de lo que fue.

El fantasma de los años pasado sería la huella frente a la puerta, la barricada emocional ante el cuerpo confundido y totalmente inmóvil que busca el placer fácil, el llanto de madrugada.

Berlin aparecería como el nombre de la trinchera, del espacio bajo la mesa. Aquel en donde las piernas y los movimientos secretos se cruzaban en una regularidad casi alarmante.

Y mientras en aquellos días en que Berlín era real yo decía "Alles wird gut", la sombra del escondite aparecería como un edificio que cubre el sol del invierno crudo.

Una trinchera para esperar tiempos mejores que no llegan mas que como una promesa del otro lado de la puerta en esta Bariloche que se me desangra toda.

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