Dame el callar y un domingo a la mañana
Y te entregaré los sueños más posibles para entendernos
Aún en la tragedia y en ajetreo, siempre habrá una quietud esperando ahí
En la hora marcada por el sol y el movimiento de llamador.
Ahí donde se escucha el origen de la idea y de las posibilidades nuevas.
El exceso de lo que fue, la cuadrícula, la escuadra. Elementos para asir lo que en ese instante nos habrá sido dado. Dadivosamente.
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