domingo, 5 de junio de 2016

Voluntad


 " Ni en nuestra carne ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la línea del otoño "
(González Tuñón)

Ahora que podés decirme sin miedo
y callarte, de todos modos,
has elegido lo impreciso,
pero determinante:

Que el signo sea el aire húmedo
y que el sentido se escurra
por las veredas hacia
las calles bajas,
el soliloquio 
el domingo,
estas torpes líneas.

Me entregaste la voluntad,
no me resistí,
te pedí voluntad,
arrugar la camisa,
elegir otra esquina,
gritar, exaltar, decidir.
no te resististe.

Ay! Pero la voluntad...

Entregado a mis manos
todo lo tuyo, ¿lo nuestro?,
no queda más que compartir
un mismo agua, un mismo piso,
un mismo deseo carnívoro
(solamente lo áspero de la materia,
lo universal de la necesidad.)

Pero que hay algo más, eso que se escurre,
hacia las veredas...
Eso, impreciso, a precisar
ya no por nosotros,

tal vez a significar
por la próxima primavera,
por otros abrazos,
por alguien que decida,
allá a lo lejos,
a la vuelta de las ciudades,
(esas ciudades, altas, llenas de hombres,
de esos que te han amedrentado).