"Borges era un vanguardista porque nunca podía encontrárselo donde se lo buscaba y nunca daba la respuesta que se esperaba de él." (Beatriz Sarlo)
Y aún cuando Borges era un vanguardista, un escritor de los límites, un escritor para transformar, Borges jamás dejó de mirar con Nostalgia y Amor a la Historia, a lo que se iba apagando en casa calle empedrada de Buenos Aires al Sur.
Cantar lo que se va, cantar fuerte lo que se apaga con el tiempo que todo lo arrastra hacia el olvido y hacia la huella, hacia la pisada, hacia la herrumbre.
Y aún entre tanta Elegía por las cosas que fueron y ya no serán, Borges tenía una pulsión de vida para moldear el Porvenir, tal vez con la secreta ilusión de hacer perdurar una Historia, un Ayer, ahora transformado.
La esperanza está en haberlo logrado.
