sábado, 3 de octubre de 2009

9º [El camino de las casas]

Antes se hacía más extraño el otro extremo de la mesa, la falta de suciedad en la otra silla, la responsabilidad que se le da a uno para destruir todo un espacio hecho para muchos.

Y si te das cuenta, a esta hora, cuando ni el gato se resiste a la benevolencia del cansancio y de la quietud de la calle, es cuando vos recorrés lo que te falta comprender: la otra silla, los bordes de la cama, el detrás de la puerta del baño.

Si todo esto está hecho para comprender más, no vas a despertar al gato para anunciarle la iluminación que trae esta forma de nombrar con la respiración entrecortada, te vas a quedar con el tacto de las cosas: no para dominarlas, sino para no alcanzarlas con la torpeza del decir que esto es la soledad y nada más.

No nos engañemos. No hay modo de escaparte de la escena, por más que te delates con los poemas desvelados a medianoche.

1 comentario:

  1. nunca uno puede escaparse de una escena
    si uno es uno,
    es protagonista.
    aunque no lo quiera.


    besos santi y happy saturday!

    ResponderEliminar