lunes, 29 de febrero de 2016

La tarde



Ya la quietud es discurrir
de cosas en sus conceptos
se unen, solidifican, equilibran
mundos y deseos

de un mañana de tal vez
del querer y propender
a la roca, a la costa, al muelle.

Pero se van cerrando los caminos
el mar se tornará poesía
y no te quedará más
que este camino,

La tarde engaña con las formas,
las calles se vacían
nadie va hacia el mar,
hay que quedarse acá

y apechugar.

Porque se va el día, se acaban
las posibilidades
de elegir el esto o aquello
o un futuro de algarabías.

El oro es relato de elegía
o cielo que se cierne
sobre la casa
y los papeles,

No te queda otra,
hay que dormir
y seguir esperando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario