lunes, 13 de julio de 2009

El mapa, la fe, y este blog



Andábamos por los pagos de provincia. Viendo cómo la derecha arreciaba los dispositivos mediáticos, los colores del pop art, la producción del sentido común. La muerte.

Andábamos como anda uno de izquierda luego de una leve diáspora en el seno del Partido Obrero.
(Y es que nunca pudimos sostener semejantes sueños, semejantes causas que la historia nos propone o tomar o dejar, o pensarlas o colorearlas con el photoshop.)

Andábamos, tomando y dejando, cojiendo y absteniéndonos.

Andábamos.

"No hay afueras ni adentros" le poemó Cortázar a Pizarnik; ahí decaía el romanticismo. Se dicen estas cosas ahora, cuando no hay públicos ni privados, sino baños públicos donde uno puede declararse homosexual.

Por eso andámos: porque nadie nos explica, nadie nos cautiva. O nosotros no cautivamos a nadie.

En realidad nos han echado de las fotos (porque yo no me reconozco), nos han echado de las bocas (porque son otros las que las besan), nos han echado de las casas (porque vivimos en cada vereda populosa) , así como nos han echado del ágora (porque nos han censurado) .

Desterrados, censurados, vituperados, cansados, solos (haciéndonos los poetas), pero con la bandera, marchando con el pueblo (tendré que definir en el porvenir estos conceptos).

Porque hemos de creer en la fuerza de losrelatos peronistas, en las rebeliones de la Semana Trágica. En la muerte de Jesucristo. En una reproducción de las causas y la magia.

¡Creer, he ahí toda la magia de la vida! decía uno que reemplaza a la Avenida Canning.

Yo creo, que de una vez por todas este lugar insignaficante es parte de un mapa.

Y sólo por eso para mí existe.

(Andábamos, para llegar acá)

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