sábado, 1 de octubre de 2011




Nada. Yo soy lo transitorio, lo de mayoria en símbolos, lo de verbo sobre verbo, no esto que se pierde en las calles, llega a un bar y lo usa de guarida cuando todo se apaga y lo que cuenta es la artificialidad del neón. Nada. Puedo perderme y el mundo no achicará sus límites, las flores seguirán su ciclo, los hombres seguirán disfrutando la lógica, la ciencia el arte, la guerra será un óleo y un héroe en el medio de una plaza, los jeroglíficos dirán del genérico Ser Humano, pero nada dirán de estas mañana que se van a perder como yo me perderé entre las multitudes hacia el mar. Comprendo, comprendo, la sentencia de la fecha, el juzgado de lo transitorio, lo que se balancea necesariamente cuando abro los ojos otra mañana, y el polvo, el río, el viento, la nube, la hierba, y tanta metáfora de lo perdido y recuperado en multitud. Si debo ser recuperado será en una bandera tomada con los puños, en las manos ofreciéndose a las palabras, en todo lo que perpertuará la certeza de la Nada... para salvar al mundo de un hombre que sólo soño pequeñas cosas

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