jueves, 19 de mayo de 2016

La voluntad


A Fernando

Sé cómo blandir la espada,
cortar las voluntades con el verbo.
Sé cómo estrechar una mano
ofrecer ayuda, pedir un abrazo.
Sé cómo expresas mis faltas y deseos
para irme, volver, o quedarme en la hierba o el cemento.

Sé todo eso,
pero la voluntad será otra.
Aguantar, aguardar, apechugar,
lo no esperado, lo no pensado, lo no querido.
Lo que deberá ser.

Si yo no controlo las voluntades del cosmos y las ciudades
Si vos no controlás el romper del mar, los perros ladrando de noche
Si mi pecho me lleva por el amor, el odio, la blasfemia, los dolores de pecho.
Sólo será una cuestión de voluntades, sólo será una cuestión de transformar
lo transformable.

Y que la espada sea cierta
y las manos estrechadas sean ciertas
y que mis palabras sean ciertas
y que todas sus consecuencias 
sean asumidas

A pesar de todo.

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